Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU, el juego en el exterior durante la niñez conduce a una adultez saludable. La actividad física regular en la niñez ayuda a eliminar el desarrollo de factores de riesgo que puede llevar a enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión y las enfermedades cardíacas.
Las actividades en el exterior brinda oportunidades de hacer nuevos amigos. Correr afuera y tomar aire fresco es una forma efectiva para que los pequeños pierdan algo de ímpetu. El aire libre también ayuda a que desarrollen capacidades perceptivas como olfato y tacto. Mirar televisión o sentarse frente a la computadora limita el uso de estos sentidos. Jugar entre flores o en una caja de arena incentiva el desarrollo perceptivo.
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Jueves de aire limpio
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